-Chicos aqui por fin les traje este capitulos, espero que les guste. Y comente por faavor, ustedes saben sus comentarios me alegran el dia.
Capitulo 3: Hora De Domar Gatitos Salvajes
-Tío Juan: Y se puede saber ¿cuál es esa increíble notica que ha ocasionado semejante
jaleo? – Pregunto un poquito en estado de shock, estaba segura que cuando le
dijera la gran notica que me dijo Lili, iba a quedar como de piedra inmóvil.
-Yo: Pues veras…LILI se ha encontrado dos hermosísimos
gatitos salvajes – Dije bromeando. Mi tío puso una cara de desconcierto tan
graciosa que no pude evitar no reírme – Tío es una broma! Lo que de verdad se
ha encontrado Lili es a dos hermosísimos niños – Dije tranquilamente con toque
de gracia por la cara de mi tío.
-Tío Juan: ¡AH! Claro entontes se
encontró con dos niños…Y se detuvo como si se hubiera dado cuenta por fin, de
que quería decirle – ¡DOS NIÑOS! – Grito - Van a venir a vivir dos niños acá
“ACASO ESTAS LOCA” – Grito Alterado, aunque estuviera a punto de un simposio a mí
lo que me causa era risa.
-Yo: Tío creía que eso ya lo sabías
de sobra – Dije Entre risas – ¡Bueno tío! Así están las cosas, los aceptas o
los aceptas, además no tardan en llegar Lili dijo que vendrían dentro 5 minutos
– Le Explique a tío que tenía una cara
de poco amigos, mi tío puede parecer un negado total; pero a puesto que apenas
vea a los niños y ya va ponerse como un padre consentidor.
-Solo tenía 5 minutos para
acomodar algo para los niños, habrá una niña. Que emoción estaba que saltaba,
tenía que acomodar sus cuartos. Mi instinto me dijo que habría una niña y un
niño, y tengo que decir que mi instinto nunca falla, me quite de encima de mi
tío y salí corriendo acomodar los cuartos. Pude escuchar que mi tío me llamaba
pero no le pare, es mejor esperar que se le pasara.
-Había terminado de acomodar dos
cuartos en tiempo récor. Menos mal que unas de las habitaciones, tenia color rosa, así que nada mas puse
cosas de niñas como muchos peluches, vestidos que había comprado hace poco para
la caridad, el otro lo acomode como para un adolecente, si mi instinto no me
fallaba iba ser un adolecente como de 14 años. Como ya había terminado baje, a
la sala para ver a mi tío caminar de un lado al otro mientras murmuraba algo
inatendible.
-Estaba a punto de decirle que se
tranquilizara, cuando de pronto tocaron a la puerta. Si darme cuenta ya estaba
corriendo a la puerta y al tercer toque ya le estaba dando un gran abrazo a
Lili de bienvenida.
-Lilian: ¡Auchus! – Se quejó Lili
en voz baja y eso me alerto. Me separe de Lili para verla mejor – ¡OH DIOS MIO!
– Exclame cuando vi a Lili llena de moretones y con el labio roto, otra vez se
había metido en una pelea.
Lilian: Carol no esto es para
tanto…La interrumpí – ¡QUE NO ES PARA TANTO! – Le Grite - VETE A SENTARTE AHORA
MISMO – Le Ordene, como que no era para tanto mi mejor amiga esta todo golpeada
y de paso se atreve a decir que no es para tanto será loca.
Lilian: Carol…Tu sabes que a mí no
me gusta que me den ordenes – Dijo seria poniendo su puse de chica dura –
Lilian y tú sabes que a mí no me gusta que me desobedezcan – Dije muy seria –
Tu sabrás pelear mucho pero recuerda, que estas herida y yo no dudare de
utilizar la fuerza – La Amenace, al fin soltó un suspiro resinada y me hizo una
seña para que mirara atrás. Y hay puede ver una niña muy linda y mona como de 9
años tenia rizos rubios y ojos azules cielo. Vestía un vestido
rosa desgastado y sucio, tenía un lazo morado atado a la cintura, unas
sandalias rosas. Tenía unas horquillas que sujetaban su pelo que casi estaba
por caerse, lo tenía suelto y poco revuelto, tenía un agarrado fuertemente a
peluche de conejo al cual le faltaba un ojo y estaba muy viejo.
-A lado de la niña se encontraba un adolecente como
de 14 años alto, ojos azúceles muy claros, cuando se dio cuenta que lo estaba
mirando se puso adelante de su hermana. Así que era muy sobre protector eh –
pensé mientras lo miraba mas detenidamente, parecía tener dolor en su brazo
izquierdo, su camisa que me imagino que alguna fue blanca ahora era gris,
cargaba unos pantalones vaqueros bastante desechos, y que hablar de sus zapatos
todo rotos, tenía el cabello desordenado era de un color castaño claro, de test
blanca al igual que su hermana – ¡Lili! Vete a sentar yo me ocupo de ellos –
Dije mientras el muchacho me miraba con desconfianza.
Lilian: ¡Lo que tú digas! Señora madona – Dijo
intenta sonar molesta, mientras caminaba a la sala.
Yo: Ahora vivirán aquí no se preocupen, yo los
cuidare muy bien – Dije con una gran sonrisa, mientras me acercaba para darles
un abrazo. Pero el muchacho golpeó mi mano para evitar que me acercara a ellos
– Así que alguien por aquí es muy desconfiado no – Pensé.
-La niña que estaba detrás de muchacho se puso
delante de él y me pregunto – ¿De verdad podemos quedarnos aquí? – Por supuesto
mi niña, de ahora en adelante vivirán aquí – Le dije mientras la abraza era tan
tierna parecía un lindo gatito. Su hermano se interpuso a sí que lo abrazo y le
di un besito en la mejilla, y le dije – Bienvenido ahora esta será tu casa – El
muchacho se engrinchó como un gato, más lindo que era parecían unos gatitos
salvajes. El muchacho
se separo de mi abrazo y yo les pregunte como se llamaban.
-El me dijo que él se llama Fernando y que su
hermana se llamaba Rubí. Fernando todavía me miraba con desconfianza mientras
que Rubí me daba un abrazo era una lindura, los hice pasar y le dije mi tío que
trajera dulce para ellos. Tanto Rubí como Fernando estaban aluciando con todo
lo que veían de la casa, se les veía tan gracioso. Mi tío se encargo de ellos y
me paso el botiquín de primero auxilios, y me fui al gran mueble en que estaba
sentada Lili. Me senté a su lado y me puse a curarla.
Lilian: ¡Auchus! ¡Auchus! – Dijo quejándose como una
bebe – Carol puedes ser más delicada – Me pidió quejumbrosamente – ¡Vamos Lili!
No seas bebe, no te dolieron los golpe y te quejas de esto – La recriminé
incrédula – Además tú te lo buscaste quien te manda a meterte en una pelea – Le
eche en cara.
Fernando: ¡No! No.. – Dijo de pronto – ¿No qué? – Le
pregunte desconcertada – Ella no se metió en una pelea, solo que unos tipos no
iban a ser daño y ella nos salvó de esos tipos – Contaba con emoción, parecía
que había visto una estupenda pelea.
-Sonreí complacida por lo que había hecho Lili, la
mire y ella volteo la cara avergonzada, eso ería su orgullo de chica dura, me
reí y dije – Buen trabajo chica dura – Y le di un beso en la frente – Ese es tu
regalo por comparte bien, buena chica – Le dije como si le hablara a un niño y
ella solo refunfuño en respuesta.
-Después de que termine de curar a Lili, le dije a
Fernando que se acercara. El se me acercó desconfiadamente, parecía como un
gatito pasando al lado de un gran perro, se veía tan mono que no pude evitar
abrazarlo él se quedo de piedra. Me dio mucha risa, él no se quejó tanto como Lili
cuando lo cura pero sabía que le dolía un poco.
Lilian: Bueno – empezó a decir mientras se paraba –
yo tengo…La interrumpí – Yo tengo que nada, usted sé queda hay sentado – Dije y
de pronto empezó a sonar mi celular. Mire fijamente a Lili con una mirada que
ella denominaba “Mirada Asesina” y le dije – Ni siquiera se te ocurra moverte
Lili, porque si no ya verás – Dije Mientras le sonreía maliciosamente. Vi como
Fernando se le acercaba y le susurraba algo al oído, ella se rio y le dijo
algo, yo no le di importancia y conteste la llamada.
-Es usted Carolina Wesley – Dijo la otra voz al
teléfono – ¡Sí! Yo soy Carolina ¿de qué desea hablarme? – Yo soy la Dra. Morti
y le hablo para comunicarle el estado del paciente Matiu Corner – Dijo
educadamente, me tomo varios segundo enterarme de que iba la cosa, hasta
recordé al vagabundo que habíamos llevado ayer al hospital, se me había olvidado
que le di numero y todo a la doctora para que me informara de su estado. Yo y
mi memoria de pescado, y así que se llamaba Matiu un interesante nombre – ¡Eh!
Hola todavía sigue hay – Dijo la Dra. Morti y eso hizo que reaccionara – ¡Sí! Todavía
sigo aquí disculpe – Dije – ¿Y cómo se encuentra? ¿Se encuentras bien verdad? – Pregunte de
pronto muy preocupada – ¡No tranquila! El paciente se encuentra muy bien, ya
despertó – Explico la Dra. Morti y al mismo tiempo sentí un alivio – Es más si
sigue así puede que pasado mañana le demos de alta – Continuo la Dra. Morti – ¡Oh!
Me alegro mucho ¿y le puedo hacer una pregunta? – Pregunte – Claro dígame –
¿Qué hora es? – Pregunte, al otro lado de la línea, se escucho un ruido y luego
dijo – Son la 6 A.M – ¿Y se puede hacer visitas a esta hora? – Pregunte
esperanzada – La verdad no – Dijo y me deprimí – Pero como yo estoy a cargo te
puedo dejar pasar, aunque sea solo por un corto tiempo – Dijo – ¡Gracias! ¡Gracias!
La veré dentro de un rato – Le dije y tranque.
-Cuando voltee para decirle algo Lili, me di cuenta
que estaba al frente de mi cuarto y no en la sala, otra vez mi mala costumbre
de caminar mientras hablo por teléfono. Total baje y vi como Lili hablaba como
mi tío, y a todas estas ustedes dirán donde esta Rubí, pues Rubí estaba sentada en las piernas de mi tío.
Se los dije mi tío es muy consentidor con los niños y les agarra cariño rápido;
y de paso quien no le agarraría cariño a una lindura de niña como Rubí ¿y donde
estas Fernando? Pues al lado de Rubí lanzándole miradas amenazadoras a mi tío.
El cual se hallaba muy incomodo con las miradas de Fernando.
-Así que me decidí a ayudar a mi tío, pero antes, me
encargaría de cierta persona; me acerque donde esta Lili y le dije con mi voz más
inocente – ¡Lili! Déjame ver tu mano un segundo – Y sonreí inocentemente, Lili
me vio un segundo desconfiadamente pero al cabo de unos segundos me di la mano.
Yo aproveche que estaba distraída, saque del bolsillo de atrás de mi pantalón
las esposas, le agarre la mano, un lado
de las esposas se la puse en la mano y el otro lado a la mesa de hierro que
está al lado del mueble.
Lilian: ¡Pero Qué Coño! – Grito Lili cuando la
espose a la mesa de hierro que pesa una tonelada, todos me miraban
desconcertados y en mi defensa dije – Se van a escapar, yo la conozco, además
era esto o amarrarla – Dije pensativa, eso sí que no le hubiese gustado.
Lilian: Carol – dijo tranquilamente – ¿SI Lili? –
Pregunte – ACASO ESTAS LOCA – Grito alteradísima – Suéltame ahora – Me ordeno –
Eso no se va a poder, porque voy ah salir y tengo que estar segura que no
escapes – Dije mientras le sonreía – Sobrina para eso estoy yo – Dijo mi tío
confiado – ¡Tío! Vamos a ser realista tu no le impedirías a Lili irse – Le dije
con una mirada de afirmación – ¡Ósea! ¿Qué me vas a tener esposada hasta que tú
regreses? – Pregunto muy molesta – ¡Exactamente! Vez ya me estas cogiendo el
hilo – ¡TE HAS VUELTO LOCA CAROL! – Grito a todo pulmón, grito tan duro que mis
oídos se resintieron.
Yo: Bueno es hora de irme – Dije mientras me
acercaba tranquilamente a Lili – ¡Carol! ¡Carol! Suéltame – Dijo molestísima,
como vio que no funciono dijo con ojitos de gatito abandonado – No me voy a
escarpar suéltame ¿sí? – Pregunto amablemente y educadamente, y eso es una Azaña
si hablamos de Lili, ya estaba dudando cuando recordé que hizo exactamente lo
mismo la otra vez y se escapo – Pórtate bien Lili y cuida a Rubí – Le dije
mientras le daba un beso en la frente – Y como coño voy a cuidarla si estoy atada
– Dijo como una fiera – ¡UY! Estas echa una fiera – Dije mientras la veía – Créeme
Lili aun estando atada aras más que mi tío – Bromeé – Y Recibí dos miradas
asesinas una de Lili y una de mi Tío. Y de la nada se escucho un bufido de una
risa contenido, todo volteamos hacia la dirección que provenía el bufido y era
ni más ni menos que Fernando, tratando de no reírse aunque estaba claro que se
estaba muriendo de la risa. Todo hicimos una cara graciosa y Fernando no
aguando la risa, y se carcajeo de la risa, yo me le acerque y le di un abrazo.
-Y el se erizo como el propio gatito y como vi que
ya no se reía mas le dije – Es hora de irnos Fernando – Y el puso una cara de póquer
– Venga Fernando que no te voy a comer – Le dije mientras le hacia una señal
para irnos. El reacción a los pocos segundo y me siguió hasta la puerta aun
inseguro de ir conmigo, Rubí también nos siguió y cuando estábamos a punto de
irnos nos preguntó – ¿Y porque yo no puedo ir con ustedes? - Le sonreí y le dije – Pero si te vas con
nosotros ¿quién se va tomar el chocolate caliente que va a preparar mi tío? –
Sus ojos brillaron cuando mencione el chocolate – Seria un desperdicio que se
perdiera y ni decir de la tarta de fresa – Continúe y vi como sus ojos delatan
su deseo por comer chocolate y tarta – ¡Si tranquila! Carol yo me encargo, no
voy a dejar que se pierda nada – Dijo risueña – Eso que buena chica eres Rubí
por eso te traeré algo – Le dije después que nos despedimos salimos al coche
donde, el chofer nos llevaría a al hospital.
Narrado: Por Fernando.
-Carolina estaba viendo por la ventana del carro o
mejor dicho Carrazo, la verdad es que no la entendía ni papa, cuando justamente
creí una cosa de ella, de pronto hacia una cosa y zas ni idea de cómo es, solo
una cosa estaba segura y eso es que está LOCA.
-La verdad no me siento exactamente seguro al lado
de ella, pero tampoco me da mala espina en fin. Es una rareza humana, la mira
para ver si se daba cuenta de que la miraba y nada, ella seguía lela mirando
por la ventana y cuando yo ya iba a mirar a otro lado ella soltó – Vamos a un
hospital – Y siguió mirando por la ventana, será que podrá leer mente – Eres
Boba – Pensé y nada – Estas Loca – Tampoco hizo nada, ni dijo nada ven lo que
digo es desconcertante.
-Llegamos al hospital, era como cualquier hospital,
limpio con mucha luz y pasaban muchos doctores hablando al mismo tiempo,
caminando de aquí a ya. Carolina me tendió su mano, pero como les dije aun no
confió en ella y no se la acepte, ella solo hizo un gesto de no importa a mi
rechazo y me hizo señas para que la siguiera. La seguí ella hablo con una
recepcionista y esta le dijo algo, y la dejo pasar.
-Mientras caminábamos a quien sabe dónde, me preguntaba
¿qué es lo hacíamos en un hospital? Carolina seguí caminando y de pronto soltó
– Vinimos a visitar a alguien – Y siguió caminando. ¡Ven! Lo que digo, entonces
cual es la guachafita, lee o no la mente. Se paró de golpe en frente de un
cuarto y con un gesto me indico que entrara en él.
-Carolina entro y luego entre yo, cuando entre lo
primero que vi fue a un muchacho sentado en la cama, con la mirada perdida en
que se yo que. Pero su mirada denotaba tristeza, el parecía el típico hombre
que todas las muchachas llamaría príncipe o algo así, tenía el cabello negro
largo, test blanca parecía alto pero como estaba sentado quien sabe, ojos
azules más claros que los míos.
-Pero estaba de un flaco, Carolina se acercó a él y
yo solo me senté en una silla - ¿Cómo te encuentras? – Le pregunto con una
sonrisa, el volteo parecía confundido, así que no nos había oído entrar, miró
fijamente a Carolina todavía con cara de confundido y le pregunto - ¿Ángel? – ¡NO!
Carolina – Le contesto de inmediato. Tuve apretarme la cara para no reírme,
pero luego recordé algo que me quito la risa.
-El muchacho volvió a mirar a donde estaba mirando
antes de que Carolina preguntara, Carolina lo miro y volvió preguntar - ¿Cómo
te encuentras? – El muchacho no la miro, no le dijo nada y vi como Carolina
hacia una mueca de disgustó – ¿Te llamas Matiu verdad? – Pregunto tratando de
ser amable.
-El no dijo nada y ni la miro sola la ignoro, y saco
de debajo de su sabanas un cigarro, lo puso en su boca y lo prendió. Antes que
me diera cuenta Carolina ya estaba al lado de él, le quito el cigarro de la
boca, lo rompió, lo tiro en el piso y lo piso. Le quito las sabanas que le cubría,
agarra la caja de cigarro, la lanzo en el piso y lo piso varias veces con
furia.
-Matiu no pudo hacer nada, ya que ella hizo todo
rápido y le volvió a lanzar las sabanas, y le dijo con rabia – A mí nadie me
ignora – Matiu la jalo del brazo, ya estaba pensando en pedir ayuda cuando
Carolina dijo – Me sueltas – Y el la soltó – Así que prefieres vivir en la
calle eh! – Dijo Carolina y eso llamo la atención de Matiu – Que a una casa,
con comida y comodidad. Y yo que pensaba ofrecértela – Continúo ella caminando
a la salida con una sonrisa maliciosa en su cara, hasta que Matiu le dijo – ¡Espera!
– Carolina sonrió más y se volteo - ¿Qué espere qué? – Pregunto sin emoción en
el rostro y con una ceja levantada.
-Él estaba como debatiendo algo y Carolina se dio
cuenta – Bueno si no tienes nada que decirme me voy – Dijo caminando a la
puerta – No espera yo… – ¿Yo que? – Pregunto Carolina dándose la vuelta –
Responde rápido o me voy – Le informo – Yo no quiero vivir en la calle – Dijo
el al fin - ¿Ah sí? – Pregunto – Si yo quiero saber sobre la casa que me
ofreces – Le dijo el inseguro – Bueno como dije, tendrás techo, comida y
comodidad – Le dijo ella – Pero solo si aceptas dos cosas – Le explico -
¿Cuáles? – Le pregunto Matiu desconfiadamente.
-A todas estas yo me encontraba sentado viendo cómo
se desarrollaban los hechos y tengo que decir que Carolina sabe cómo manipular
a la gente – Tendrás que aceptar vivir en mi casa – Dijo creando suspenso, el
solo asintió y pregunto - ¿La otra? – Pues la otra es fácil – Dijo paseándose
por la cama de el para luego sentarse en la cama y mirarlo fijamente, casi creí
que le iba a dar un beso pero solo dijo firmemente – Tiene que hacer lo que yo
diga – Le dijo aun viéndolo – Tranquilo eso no implica favores sexuales o dañar
a personas – Continuo ella. El la miro y le agarro el brazo. Y la jalo para
luego preguntarle con voz fiera - ¿Qué quieres? – Carolina sonrió y contesto
con voz imponente – Te quiero a ti – En eso entro una doctora y fingió toser para
luego preguntar - ¿Interrumpo algo? –
-Carolina se volteo y camino hacia la doctora
sonriendo dulcemente – ¡No! Dra. Morti nada que ver – Dijo ella como si nada –
Es más estaba por buscarla para agradecerle el haberme dejado entrar – Continuo
ella sonriendo – Pues la verdad es no es necesario pero de nada y como…Se
detuvo cuando me vio y se iluminaron los ojos – ¿Y este muchacho? – Y antes de
que pudiera responder, Carolina hablo primero – Mi hermanito Fernando – Dijo -
¿No es una lindura? – Pregunto sonriéndome y yo os juro que casi vomito.
-La Dra.Morti le dijo a Carolina que yo era muy
guapo. Y no pude creer que se creyera eso de que somos hermanos – ¿Y Fernando
Verdad? – Me pregunto, yo solo asentí y luego me pregunto cosas bobas, entonces
Carolina me miro y me pregunto - ¿Fernando no quieres acompañar a la Dra.
Morti? ¿A Por un chocolate caliente? – Estaba por decir que no cuando vi que
Carolina me alzaba una ceja y entendí que no me estaba preguntado. Me lo estaba
ordenando, solo me quedo asentir y Salí de la habitación con la doctora.
-Ella me preguntaba algunas cosas y yo solo la ignoraba,
hasta que tuvimos que apartarnos para
darle el paso a una camilla con una hombre herido, lleno de sangre y entonces
recordé aquel charco de sangre que envolvía a mis padre, y no sé cuándo empecé
a gritar para cuando me di cuenta Carolina ya estaba a mi lado. Dándome un
abrazo tratando de calmarme y me llevo a una silla, no sentamos y ella me
abrazo. Luego dejo de abrazarme y me miro muy preocupada, y me pregunto – ¿Que
paso Fernando? – Yo solo no respondí.
-Ella me volvió a preguntar y después dijo – Yo sé
que me ocultas algo - ¿Qué es lo que te causa dolor? – Me pregunto mientras me
miraba preocupada – Confía en mi Fernando – Decía - ¿Cuéntame que es lo que te
atormenta? – Suplico. Y yo asentí, no podía creer que le iba a contar mi
historia a una completa extraña.
jajajaj xD no me puedo creer q me hayas atado!!! jajaja xD me hixo reir mucho este capitulo jajaja xD menos mal que ya hay otro >.<
ResponderEliminarHola¡
ResponderEliminarME ENCANTO¡¡
ME GUSTA COMO PIENSA FERNANDO¡
"Y LES JURO QUE CASI VOMITO" JAJAJA.
ME ENCANTO.
AHORA MISMO A LEER EL SIGUIENTE CAPITULO.
BESOS,NADIA.
que triste :'( pero que bueno que Carolina pueda ayudar a Fernando! n.n continuaré leyendo pronnto ¡esta historia me encanta! cuidate, tkm, bye! =P
ResponderEliminar