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Profecia

-El comienzo de esta historia, aqui se las traje, pero que les guste y no se les olvide comentar... Besitos, Siria

             


Profecía

-Dos Gemelos Nacerán De Una Unión.

-Humano y Vampiro.

-Niño y Niña Híbridos Serán.

-El Niño Tendrá Dos caminos.

-Uno de Amor y Reinado.

-Otro de Destrucción y Locura.

-Al Cumplir los 17 Encontrara A Un Ángel.

-Sera Un Ángel Condenado.

-Luz y Oscuridad Se Encontraran.

-Un  Amor Padecerá.

-Y Vivirá Por Siempre.

-En la Oscuridad.

-Bella, Bella – Despierta – Llamaban – ¿Mmm? – Desperté, busque la voz que me llamaba, era Alice. Se encontraba a mi lado - ¿Cuánto eh dormido? – Pregunte, mirando la oscuridad de la noche – Has dormido 12 horas, Bella – Contesto, mientras me ayudaba a sentar en la cama, era la habitación de Edward; recordaba haberme dormido en el sofá de la sala – Debes comer Bella, estas muy débil – Comento al darme vistazo, - Pero primero, te daré sangre – Dijo al ver mi barriga.

-Yo también eche vistazo, mi barriga parecía un balón; aun no puedo creer que estoy embarazada. Todo parece un sueño, hace pocas semanas; Edward y yo todavía estábamos de luna de miel, pero luego poco a poco fui notando los cambios en mi cuerpo, recuerdo cuando le conté mi sospecha a Edward.

- Edward tomo la noticia muy mal, recuerdo que estuvo en esta de shock varios minutos y luego tomo nuestras cosas, nos regresamos a fork pero no olvidare cuando dijo que quería deshacerse de nuestro hijo o hija. Estoy consciente que puedo morir con este embarazo, pero ese hijo o hija es mío y no dejare que nadie lo lastime, desde que llegamos busque refugio en Rosalía y Alice – Bella, ¿Qué soñaste? – Pregunto, mientras me cargaba para llevarme abajo – Estabas muy inquieta – Comento, la mire y trate de recordar lo que había soñado, pero todo era muy borroso – No recuerdo – Respondí, cuando Alice me colocaba en la silla del comedor, ya me había acostumbrado a su rapidez de vampiro.

-Mire como Alice se movía rápidamente, un borrón en el aire y regresaba con una bolsa de sangre; y una tasa. Acaricie mi barriga, como siempre hacia antes de beber sangre, diciéndole a mi niño o niña que les daría de comer, de pronto de la nada senti un dolor y cuando me di cuenta Rosalie me estaba sujetado, Alice se encontraba a su lado. Me fui de lado y estuve a punto de caer al piso – Parece, que le rompió una costilla – Rosalie le comento a Alice.

-Me costaba respirar – Debemos llevarla, a la sala de operación – Dijo Alice, en un abrir y cerrar de ojo, estaba en la sala de operación – ¿Cómo se encuentra? – Edward le pregunto a Rosalie, mientras sujeta mi mano. – No muy bien – Anuncio, - Peor, si esto sigue así Bella no aguantara hasta el parto – Añadió Alice, preocupada.

-Clarise entro y me coloco suero, - ¿Cómo te sientes?, Bella – Pregunto, mientras revisaba mi temperatura – No muy bien – Respondí, ronca; sentía seca la boca y pesada al hablar. – Esto sería mejor, si eliminamos al monstruo – Jacob expreso con furia, Rosalie inmediatamente se puso delante de mi – ¡Cállate Perro! – Le escupió, - No te metas, Sanguijuela – Replico.

-¡Jacob, No hables así de mi bebe! – Le regañe, mirándolo – ¿Verdad que no es un monstruo?, Edward – Le pregunte, volteándome para mirarlo. Pero huyo de mi mirada – No puedo creer, que piense que nuestro hijo es un monstruo – Le recrimine, ofendida soltando su mano – ¡Bella! – Se acerco, con cara de sufrimiento, pero Rosalie se coloco en el medio de nosotros dos, - ¡Rosalie, aparta! – Edward ordeno, - ¡No! – Negó Rosalie y Esme se acercaba, para detener la pelea.

-De pronto, como un razón sentí un temblor por dentro y como una brisa apareció en mi mente – Gemelos -. La noticia me impacto, me acaricie la barriga – ¡Tendré Gemelos! – Anuncie. Todos voltearon y me miraron desconcertados – ¿Como lo sabes? – Alice pregunto, confundida – ¡Solo, lo sé! – Respondí, mirando a Edward; que miraba mi barriga fijamente, - Bella, solo son… - ¡Silencio! Creo que escuche algo – Edward interrumpió a Jacob, se acerco mas a mí y Rosalie se aparto del medio de mala gana. Se agacho hasta quedar a la altura de mi barriga y se quedo viendo fijamente, de pronto subía la vista y me miro a los ojos – Se están comunicando conmigo, Bella – Me dijo con emoción, - ¡No son monstruo! – Anuncio, con felicidad – No te quieren hacer daño, ellos te amas – Me conto, sentí fluir la lagrimas, no intente detenerlas.

-Al fin, Edward aceptaba a nuestros hijos, - Son niño y niña – Me confeso, radiante. Todos se limitaron a oír lo que contaba Edward, hasta Jacob escuchaba atentamente, - Ellos dicen que te aman – Me dijo Edward, mientras yo lloraba de la felicidad, me rodeo con abrazo y nos quedamos así un buen tiempo. Cuando nos dimos cuenta, casi todos se habían ido, solo se quedo Jacob, que nos miraba atentamente - ¿Qué nombre les van a poner? – Pregunto al fin.

-Le sonreí y le invite a acercarse, todo estaba marchando como debería ser – Tenia pensando, que si era un varón le pondría Jacob Edward – Confesé, con pena. Edward y Jacob se miraron por un momento y luego alargaron la risa – Si no quieres, que se mate cámbiale el nombre – Jacob soltó, riéndose todavía, - Ese nombre, no creo que sea adecuado – Edward añadió, tratando de aguantar la risa pero le era imposible.

-Pensé y pensé, pero nada se me ocurría. Hasta que, encontré el nombre perfecto – El niño se llamara Liam – Declare, satisfecha; sentí como se movió y supe que le gustaba – Le gusta el nombre – Edward comento, sonriendo - ¿Y La niña? – Jacob, pregunto con curiosidad. Pensé un rato, hasta que se me ocurrió unir los dos nombres de sus abuelas y di con el nombre perfecto – Se llamara Renesmee – Anuncie, sentí también como se movía y supe que le gusto – Le gusta su nombre – Dijo Edward, - Pues ya tienen nombre –Soltó Jacob de pronto, - ¿Les pusieron nombres? – Alice pregunto, ofendida – Y no me comentaron nada – Nos reclamó.

-En su mano llevaba una bolsa de sangre – Lo siento, Alice – Le dijimos Edward y yo, - Esta bien, pero de la ropa me encargo yo – Declaro, seria. Acercando la bolsa y entregándomela – Por supuesto, a nadie más se lo pediría – Le sonreí y empecé a tomarme la sangre, se sentía deliciosa – ¡Lo siento! Esto es asqueroso – Jacob se excuso y se fue.

-Pasaron los días y cada día estaba más débil, me sentía peor. Sin fuerza, sin nada; solo me animaba el saber que pronto podría ver a mis hijos, últimamente siempre estaba en la sala de operaciones, a veces me rompía dos o tres costillas y la última vez me las rompí todas. Yo estaba en la sala, en el sofá y todos estaban reunidos a mi alrededor, pendiente de cualquier cosa que me pasara, de pronto sin previo aviso un dolor, horriblemente me nublo la vista y no supe nada, hasta volví estar consciente.

-Estaba en el piso, todos estaban a mi lado, podía escuchar cómo se gritaban cosas, murmuraban otras y podía sentir la desesperación de todos. Se me cerraron los ojos, para cuando los volví a abrir, solté un grito de dolor, un dolor extenuante, horrible; sentí como si me desgarraran por dentro – Bella, no puede parir – Grito alguien frenéticamente, - Hay que operarla, dijo otra -. Todo era tan borroso, el dolor era consistente, solo rogaba que no le pasara nada a mi bebes.

-Luego todo, era dolor y más dolor. Yo luchaba por no perder la consciencia, me aferraba a la vida, no me iba a morir; no sin ver a mi bebes primero, - ¡Bella, Lucha! – Me decía Edward, - ¡No te rindas, Bella! – Decía Jacob. Luego todo se volvió silencio, luego un sonido milagroso, me devolvió la vista – Bella, Ve a nuestro bebe – Me decía, mientras me lo acercaba. Mire a mi hermosa bebe, que lloraba y la bese – ¡Bienvenido Renesmee! – Susurre, jadeando. Sabía que ya no me falta mucho para mí final.

-Otro sonido celestial, me mantuvo consiente – Vamos mi amor aguanta, ya todo va acabar – Edward rogaba. Abrí los ojos y vi, como sacaban a mi bebe a Liam, un bebe fuerte, no lloraba; Edward me lo acerco y lo bese, me sonrió – ¡Bienvenido Liam! – Susurre, como pude y me desvanecí.


-Las Arenas de Tiempo, Comenzaron a Correr.

-Para Alcanzar a el Destino.

-Que Profesé.

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